jueves, 5 de febrero de 2009

"Mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido de esta campaña, quien construyó la mejor, la mejor campaña política, creo, en la Historia de los Estados Unidos de América", con esas palabras el recién elegido Presidente Barack Obama, en su discurso de ayer, agradeció al arquitecto de la fórmula que le permitió ganar las elecciones.
Desde el comienzo estuvo claro que Plouffe sería el cerebro de la campaña. En una sesión de estrategia en diciembre de 2006, Obama pidió elaborar un plan para las primarias. Plouffe ya lo tenía resuelto en su cabeza y empezó a explicarle Obama cómo se debería ejecutar la estrategia de campaña estado por estado. Durante la campaña, junto con supervisar ese plan estuvo a cargo de todo el manejo de la prensa, staff, recaudación de fondos, viajes, entre otros.
De muy bajo perfil, Plouffe de 41 años, "prefiriría que le enterraran un lápiz en un ojo que posar para una foto", dice un miembro de la campaña. "Es el manager perfecto para Obama", comenta su amigo y asesor de Obama, David Axelrod. "Es un tipo que no se hace problemas. Es impertubable. Raramente levanta la voz, pero siempre llama la atención", agrega.
Quienes lo conocen señalan que cuando aparece en público siempre es para "tender una mano". Sin embargo, es bien conocido por su agresividad política. Fue él quien llamó a la entonces aspirante demócrata Hillary Clinton "una de las más reservadas políticos en Estados Unidos hoy" y puso en duda que fuera "tan abierta y honesta con los americanos como presidenta".
Plouffe fue uno de los que puso especial énfasis en los jóvenes: "Sabemos quienes son los que no están registrados (...)vamos a ir donde viven y los vamos a convencer a que se registren".
Reconoció desde un comienzo que sería difícil derrotar a Hillary Clinton en el estado Iowa, y basándose en su experiencia laboral con el senador Tom Harkin, entendió cómo funcionaba el estado, logrando una victoria ayer.
Su buena administración, en los recursos especialmente, llevaron a que fuera conocido como tacaño. De hecho, no reembolsaba los taxis, sólo los boletos de metro. Les pedía a la gente del equipo que en los hoteles pidieran habitaciones dobles. Axelrod cuenta un chiste para poner de manifiesto esta característica: "Mueve la mano debajo de los dispensadores de toallas de papel en los baños de la sede de la campaña y aparece una. Mueve la mano por segunda vez y un mensaje aparece: 'anda a ver a Plouffe'".
Pouffle, se introdujo en la política cuando estaba estudiando ciencias políticas en la Universidad de Delaware. El estratega demócrata Joe Hansen, lo contrató para trabajar con él en una carrera senatorial y hicieron muy amigos.
Cuando Hansen fue a trabajar con el senador Tom Harkin, le pidió Pouffle que se uniera. Al principio desistió, argumentando que quería ser jugador de tenis profesional. Unos días más tarde llamó para decir que estaría ahí en 24 horas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario